Nombre: Malabruja, facinerosa, ratera-chunga, la bandolera rubia, salteadora, filibustera, ramera, meretriz diabólica, pecatriz obscura, arpía, nigromántica, sortílega inmoral, furia, gorgona,… Garsenda Estamariu.
Edad: ?? Ni joven ni vieja. Depende de la vez parece que cambia de edad, lo que según dicen es normal entre las furcias del diablo.
Clase social: pobre como una rata / reina de los bandidos.
La mala mujer se habla que nació en algún rincón de los Valles de Sant Ferriol. Dicen que provenía de una familia muy empobrecida, tenía varios hermanos y hermanas, campesinos acosados por las plagas y la miseria como si Cristo Nuestro Señor se vengara de esta familia en advenimiento por los crímenes que cometería su hija desde antes de nacer.
La muchachuela ya destacó en las malas artes desde muy pequeña. Solían desaparecer pollos y panes de las masías de la zona y algún que otro viajero podía encontrarse con una nenita rubia con coletas vestida con una túnica roñosa y sola en medio de un camino, que acababa vaciándoles bolsas y saquillos de mala manera. Ya se contaba que tenía poderes diabólicos … y los duendes del bosque la ayudaban en estas fechorías.
Cuando ya no sabían cómo regresarla al camino del Señor, sus padres la abandonaron en el bosque y a partir de ese momento se perdió su rastro.
Dicen, dicen las voces de los bajos fondos, que nunca se marchó muy lejos y llegó al punto en que movía mercancías turbias y mucha información «delicada» por la zona. Poco a poco se fue oyendo su nombre a sotavoz, que contenía mucha influencia entre las partes más indeseables de la sociedad.
La primera vez que se volvió a oír hablar de ella abiertamente, sin embargo, conjugó esta bandida con la desgracia de los Montpalau.
Disfrazada e irreconocible debido sin duda a artes diabólicas, se infiltró en la celebrada fiesta de bodas de Mari Pau Gascó y Marcet Lo Puei; a la que asistía la nobleza de la zona. Distrayendo al sr. de Montpalau y a todos los asistentes con malas artes, la bandida y sus compinches consiguieron arrancar a la pequeña Estel de los brazos de su madre la sra. Elvira de Pontós, quien fue apuñalada cruelmente, y la bebita fue secuestrada. Ya quedó patente que debía de haber hecho carrera como ladrona y filibustera ya que decían que la seguía y apoyaba toda una banda de malhechores.
Este hecho tuvo tremendas consecuencias, ya que la pérfida engañadora se reveló como servidora del infame Ademar de Fenollet; Quien usó la pequeña rehén para chantajear a los Montpalau y causar gran confusión, y que acabó haciendo caer a toda la baronía ante Fenollet.
Por fortuna la pequeña heredera de los Montpalau pudo ser rescatada a los pocos meses, gracias a la fe y los rezos de su devota madre, que lograron bendecir la búsqueda de los soldados de Montpalau, pues lograron descubrir por donde la bandida y su banda trasladaban a la niña y pararle una emboscada.
Siendo ya presa, la famosa ladrona, dicen que intentó humillar, estafar y seducir a los señores de Bellpuig y Montpalau, pero la fe y protección divina debieron de guardarlos ya que no cayeron en su ardid. El diablo aún así, se acabó saliendo con la suya. De alguna manera que todavía nadie se explica se les escapó como una serpiente entre las manos, escapando en las sombras de la noche.
Desde entonces, y a lo largo de los años, dicen dicen que la han visto en los caminos y en los bosques, descaradamente aún rondando en ocasiones por tierras de Montpalau. Varias personas honradas han sufrido crímenes atribuibles a la tremenda bandolera, cada vez más terribles y escabrosos, y llegó el punto que incluso el ínclito barón Bernat Arnau III de Sales puso precio a su cabeza.
Nunca se la ha podido capturar, ni nadie ha hablado con ella. Las historias y avistamientos se vuelven con el tiempo más grotescos… una risa tétrica que pone la piel de gallina cruzando el bosque por la noche, el vistazo de una melena rubia en la lejanía justo antes de una terrible tormenta, gente que se le ha quemado la casa y ha perdido todas sus posesiones, asesinatos, robos horribles a lo largo de los caminos de los que no ha quedado ningún superviviente, … poco a poco la leyenda oscura ha ido agrupando toda desgracia bajo un mismo nombre maldito… es famosa en el valle la frase « Calla, no blasfemes en voz alta o harás venir a Garsenda»...
