Celebrando juntos los días de difuntos
Este año Nuestro Señor el Barón En Bernat Arnau III de Sales ha decidido celebrar sus Esposalles con Estel de Montpalau justo después de la celebración de la festividad de Todos los Santos, que culmina el ciclo de los días de difuntos. Será la luz después de la oscuridad.
¿Qué eran los días de difuntos en la Cataluña medieval?
Las celebraciones de los días de difuntos son las más complejas del año. Aúnan multitud de folklore y celebraciones religiosas más “modernas” junto con tradiciones muy antiguas, la mayoría originadas y arrastradas desde la época romana y celta.
En el momento que situamos la partida podríamos decir que incluyen:
La castañada. La castaña era un alimento tradicional de otoño, se recogían a montones y se almacenaban, pues es muy alimenticio y realmente un regalo de la naturaleza para el pueblo llano, para soportar el frío y duro invierno. La castaña, su árbol y la madera de este, tienen varios significados esotéricos tradicionales, ligados a la resistencia, la larga vida, la salud e incluso la fertilidad y virilidad.
Los “panellets”. Eran los mismos panes de difuntos que se consumen desde la época romana en los funerales. Tradicionalmente para que dieran buena suerte debían ser regalados o encontrados. En la época debían de ser como galletas hechas con la harina que se tuviera a mano y endulzadas si se podía con miel.
Una fiesta en familia y la celebración de una última comilona antes del invierno. Los ricos, consumían vinos y ricas viandas, los pobres, principalmente castañas que recogían por el bosque y con suerte algún vino dulce para pasar el frío.
Especial respeto a los muertos. Se tiene claro a través de varias tradiciones que estos días las almas de los fallecidos andan entre nosotros. Hay especial preocupación por las “almas perdidas”, aquellas que no han podido llegar al cielo y rondan confusas aún por el mundo. Se encienden hogueras y velas porque se piensa que el fuego, la luz, los ahuyenta o guía al otro mundo y se suele hacer rondas de rezos por todo el pueblo para las almas. Nace la tradición de dar dulces o frutos secos a los niños a cambio de hacer esta tarea. Se solía también adornar cementerios y caminos con cruces, a menudo hechas de huesos y calaveras para mostrar la aceptación de la convivencia entre vivos y muertos.
El fuego. De noche se encienden las velas en las “cabezas de muertos” hechas con nabos, calabazas o incluso se cuenta que más antiguamente directamente en calaberas, para de alguna forma ahuyentar las almas. También se encienden hogueras y se convive con la tristeza del recuerdo, y con el miedo. Se suelen reunir grupos para contar y recordar viejas historias y se consume el vino dulce y el moscatel para pasar el frío de esta época y levantar el ánimo.
La llama del recuerdo. Las puertas del mundo de los muertos se creía que se abrían especialmente la noche del día 1 y el mediodía del 2, y se mantenían entreabiertas hasta que se cerraban definitivamente al atardecer del 2. A partir del mediodía del segundo día la celebración es menos festiva y más lúgubre, las buenas gentes suelen incluso vestir como pueden de duelo.
Era muy importante que ninguna alma se mantuviera perdida, por eso se acudía a los cementerios y se dejaba velas en las tumbas, para que los difuntos encontraran de nuevo su camino y a la vez mostrarles que la llama del recuerdo y el cariño aun prendía en sus descendientes. Muy antiguamente no solo se arreglaba y visitaba las tumbas sino que la comilona castañera se hacía en el cementerio, sobre las tumbas, para honrar en familia el recuerdo de los antepasados.
Las “candelas votivas” y las plegarias en casa. Se creía que las almas del purgatorio no podían ir al cielo ni al infierno, pero los rezos y lágrimas de sus descendientes las acercaban un poco más a las puertas del cielo, por eso agradecen esas lágrimas y ver que sus descendientes las recordaban con tristeza, si no, se quedarían en pena todo el año, incluso dentro de la misma casa.
Los espíritus familiares. Por las casas también se creía desde muy muy antiguo que se paseaban en estas fechas los espíritus protectores familiares, a los que no se debía molestar. Se abría y cerraba puertas con cuidado y se intentaba no pararse en los rincones de las habitaciones pues se creía que las almas solían ponerse en esos espacios a observar a la familia, por ello se solía dejar pequeñas ofrendas de frutos secos o dulces en esos rincones, para honrarlas y que siguieran haciendo su “trabajo” de protectores.
La misa de todos los santos. La misa que la iglesia católica ofrecía en estas festividades intentaba incorporar la tradición más ancestral de preocupación por la muerte y darle un sentido más acorde a la religión. Inicialmente solía tener un tono bastante oscuro, en ocasiones el sacerdote hablaba a los fieles en tono tétrico y grave, incluso llegando a hacerse pasar por la misma muerte, advirtiendoles que esta llegará a todos por igual, ricos y pobres, y a menudo de forma inesperada. Era mejor arrepentirse de los pecados y reconciliarse con Dios cuando aún se estuviera a tiempo.
Durante la edad media la iglesia católica estuvo trabajando para cristianizar todas estas celebraciones, predicaba la eliminación de muchos detalles paganos y simplificarlas en las liturgias correctas. Mucha de la tradición de estas fechas debemos entender que desafiaba directamente el dogma cristiano, ya que reconocía abiertamente que los muertos andaban entre los vivos, cosa que, según las sagradas escrituras No puede pasar hasta que llegue el apocalipsis, el fin de los tiempos y haya el retorno de Jesús y los muertos se levanten de sus tumbas.

Durante la partida nos gustaría mucho recrear el ambiente de estas festividades. Instamos a los jugadores a traer algo de atrezzo, y ricas viandas (moscatel y galletas, frutos secos..) para disfrutar juntos de la celebración de estas liturgias.
La tradición de almas en la baronía de Sales
La partida se desarrolla en Octubre, Y se ambienta en plenas celebraciones de la fiesta de la castañada y el día de todos los santos – sep, realmente la partida se dará el 21, 22 y 23 de octubre y las fechas correctas de estas festividades son del 31 de octubre al 2 de noviembre… peeero por razones lúdico narrativas vamos a hacer uso de la imaginación y daremos un pequeño salto temporal de unas semanitas,… y varios siglos…
Ejem, el caso es que este año la “festividad” tiene algo más de relevancia de lo habitual, que realmente en los últimos años estaba quedando más bien en el olvido. Algunos rumores que éste y aquél han escuchado las últimas semanas, dicen dicen que quizás la causa de la mala racha que últimamente está claramente afectando al día a día de nobles y campesinos en la baronía de Sales (desastres naturales inclusive) pueden deberse a las almas de los antepasados y su descontento con la pérdida de las tradiciones y la falta de respeto que les supone que se dejen de celebrar estas fechas con la debida ceremonia y tradición…
La gente llana está preocupada, por las historias que se cuentan entre aquí y allá. Éste y aquel conocen un primo/tío/vecino que ha vivido “cosas raras” estos últimos días, los comerciantes se están dejando arrastrar por la superstición y los nobles, bueno, suelen ser más instruidos y seguir con más calma los dictámenes eclesiásticos. El caso es que cada noble, comerciante y campesino celebrará este año las festividades a su manera; ¿Algunos lo haréis con un enfoque más religioso?, ¿O bien más tradicional?, ¿O simplemente pasando de todo? ¿O al final, como viene siendo el caso de los últimos años en la baronia, simplemente será motivo de una comilona y unas cuantas bromas y unas buenas risotadas?

¿Qué se espera en el monasterio del Sant Sepulcre de las celebraciones de estos días?
La misa por todos los santos
La congregación eclesiástica está un poco inquieta por toda esta expectación y dicen dicen que el lío ha llegado a oídos de alto rango. Se conoce que la misa de todos los santos de este año, aunque aún no se conoce quién será el afortunado para ofrecer este santo servicio y crece la expectación, estará especialmente bajo ojo avizor de altas jerarquías eclesiásticas, que observarán con cuidado el buen cuidado que se está haciendo de la fe cristiana en un lugar tan emblemático como el Sant Sepulcre de Palera.
La fiesta de almas y el tradicional concurso de historias tétricas
Quienes son de la zona esperan para esta celebración buenas risas, músicas y danzas, pastas, frutos secos, moscateles y los “entrañables cuentos” de Fra Esparraguer.
Fra Esparraguer es un viejo monje de la congregación del santo sepulcro muy versado en letras, con increíbles historias, Verídicas ( según dice él,.. aunque, ¿qué buen cristiano se atreve a contradecir a un monje.. tan tozudo?..) que suele aprovechar para recordar y contar junto al fuego en estas fechas. También suele premiar muy bien las buenas historias que le cuentan para poder incluirlas en sus libros recopilatorios, pues una buena historia (“Verídica”, porsupuesto) es un pecado que se pierda en el olvido.
El sonado concurso de nabos y calabazotas
Como cada año (o casi, ya que el año pasado no se hizo y el anterior sólo participó un pastor con una calabaza del tamaño de una piña de pino), …el caso es que se hará el tradicionalísimo concurso de calabazas. Y todas las buenas gentes están muy emocionadas (o al menos tienen intención de pasar por ahí a ver que pasa) porque se ha anunciado que vendrá un misterioso juglar hacer de juez y sobre todo dar un “jugoso” premio a la mejor calabaza o nabo, en nombre un noble señor, (que quién sabe porque a un noble le ha dado por organizar un concurso de verduras y querer comprar la mejor a un precio desorbitado, pero estos nobles cada día hacen cosas más raras, dicen dicen que por culpa de que se casan entre primos). También dicen que han dicho que las formas “graciosas” suman puntos.
La antigua procesión al viejo cementerio
Antiguamente se cuenta que se realizaba una antigua procesión. Las gentes más humildes de los pueblos y casas de los alrededores del Sant Sepulcre, solían juntarse para recorrer el camino viejo con farolillos hasta llegar al viejo cementerio de la zona al atardecer. Y allí se adecentaba las tumbas y se hacen rezos. Sin embargo es una tradición en desuso, puesto que no gustaba mucho a los monjes y los párrocos locales y en verdad que pocos ya recuerdan los antepasados enterrados allí y el viejo cementerio fue quedando en el olvido, hasta el terremoto de 1222 y las posteriores desdichas en que volvió a acoger inquilinos…
