Abadesa en la orden del Santo Sepulcro de Palera
Madre superiora de las hermanas que profesan en la canónica del Santo Sepulcro de Palera. Pertenece también a la orden del Santo Sepulcro.
Saurina de Segueró fue hija ilegítima de En Roger II de Segueró (1145-1189) señor de la valvasoría de dicho nombre y de Na Sibil·la de Batet, hija menor de N’Hug Arnau de Batet (1130-1191), señor de las Sierras de Batet, vasallo principal de la baronía de Santa Pau.
Siendo muy niña fue ofrecida como oblata al monasterio de benedictinas de Sant Daniel (Girona), donde era abadesa su tía materna N’Agnès, dándole como dote el alodio de Tallet en el vizcondado del Vallespir. Allí creció y también estudió tanto en la biblioteca del monasterio como en otras colecciones de libros de hombres y -sobretodo- mujeres poderosas de la ciudad de Girona, también conocida como la Clau del Regne, siempre bajo la atenta mirada de su tía Agnés.
Monja “formada en letras, ciencia y virtudes”, una vez ordenada monja ingresó en la orden del Santo Sepulcro e ingresó en la sede de la orden en Palera. Ascendida al cargo de abadesa, renovó los libros de coro y continuó con las obras de mejora en la canónica, sobre todo la construcción del nuevo claustro, además del tejado de madera del dormitorio, colocando un artesonado que bajaba el techo de la estancia para evitar el frío en invierno. Para recordar quién lo encargó la abadesa mandó pintar en este artesonado su escudo “con las armas de Segueró”.
La Reverenda Madre Saurina lleva en el cargo de abadesa del Santo Sepulcro casi doce años, se la conoce por ser austera, piadosa y manejar su área del convento con mano de hierro y gran eficacia.
Se dice que cuando llegó al cargo, después de un largo periodo como hermana del convento, la sección femenina del Sant Sepulcre de Palera estaba prácticamente en bancarrota, pues a parte de un ruinoso Priorat de Sant Prim dels Roures pocas propiedades rendibles le tocaban.
Con su característica energía presionó a varias de las familias poderosas de los Valles de Sant Ferriol, siempre apoyada por su medio hermano (y ya señor de Segueró) En Roger III, el Manc, en cuya corte siempre fue bien acogida.
Mujer culta y amante de las artes se dice que enseguida hizo buenas migas con la Hermana Brunilda, una de las “estrellas” del Sant Sepulcre de Palera, en cuanto a ciencias se refiere, y que de no haber sido elegida Na Saurina como abadesa, la hermana del famoso Quel de les Cabres ya tenía los bártulos preparados para irse a otro cenobio. También se dice que tiene buena mano con Fra Simplici, prior y bibliotecario de la canónica y mano derecha del actual abad. De los dos se dice que les gusta ir al grano y les aburre sobremanera “perder el tiempo en paparruchas”.
El horrible asesinato de su sobrina Na Girarda de Segueró en los terribles hechos del Aplec de les Dues Ermites de 1214, en los inicios de la revolución que derrocó a N’Ademar el Maldito, la dejó bastante marcada, de manera que cuando Monseñor En Climent de Guixà pasó a ejercer de Abad de la sección masculina, tras el fallecimiento de su antecesor Monseñor N’Arnulf de Maià, no encontró a la mujer enérgica y exigente que una vez había sido. Aún así se rumorea que en los últimos años ha vuelto a recuperar el aliento y las conocidas trifulcas entre la sección femenina y la masculina de la canónica van recuperando el “color”.
